No hace falta que los evites para siempre sino que sepas tomarlos con moderación. Dicho de otra manera, ten un poco de cuidado con ellos…
Levaduras

Los alimentos fermentados (como el vinagre, la salsa de soja y el queso) y las bebidas alcohólicas (sobretodo el vino y la cerveza) son otra fuente de levadura. Esta última solo supone un problema para quienes son sensibles a ella: si padeces alergias, asma, infecciones por levadura, dolores de cabeza o migraña, es probable que tengas que acabar con el exceso de levadura. No quiere decir que nunca más los dejes de comer, sino que limites el consumo.
Pasta
Carnes rojas
El consumo excesivo de carnes rojas puede intoxicar y acidificar la sangre, acaba con el calcio, obliga al hígado y los riñones a esforzarse más y obstruir los intestinos, lo cual destruye la flora beneficiosa. Esto puede llevar a la aparición de cálculos renales, enfermedad hepática, artritis entre otras enfermedades. Las carnes rojas deterioran la capacidad del organismo para generar enzimas y ácido clorhídrico, necesarios para la digestión. Si consumes carnes rojas, aprende a combinar los alimentos de un modo adecuado para digerirlas de un modo más eficaz. Procura comer carne orgánica siempre que sea posible.
Solanáceas
Evita los alimentos de la familia de las solanáceas (patatas, berenjenas y pimientos) si eres propenso a presentar trastornos musculares, artríticos, articulares y óseos.
Deben evitar las solanáceas especialmente las personas que padecen de artritis porque esta tiene una sustancia denominada solanina que obstaculiza la función enzimática en los músculos, lo cual causa a menudo dolor y molestias. Si te encanta estos alimentos, lo mejor que puedes hacer es cocerlos o asarlos al horno o cocinarlos con un poco de sopa ya que esto neutraliza la solanina.
MCKEITH, G. Eres lo que comes.
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