1.
Bebe
agua caliente por la mañana
Es importante en
las mañanas limpiar la mucosidad que ha quedado del día anterior.
2.
Lubricación,
no inundación
El estómago
necesita estar lubricado, no inundado. Si ingieres líquidos con las comidas,
ahogas las enzimas digestivas y solo se produce una digestión parcial. Por
consiguiente, bebe líquidos 30 min antes y después de las comidas pero no
durante las mismas.
3.
Mastica
despacio
Masticar lentamente
hasta que los alimentos se licuen es una de mis recomendaciones más
importantes. Detente a saborear cada bocado. Cuando la saliva entra en contacto
con los alimentos, mientras se mastican, empieza el proceso digestivo. Los
alimentos masticados recorrerán entonces con facilidad el tubo digestivo y se producirá
una captación de nutrientes máxima.
4.
Come
cuando estés tranquilo
Tu organismo no
puede digerir correctamente los alimentos si estas disgustado o acabas de tener
una discusión. Come cuando estés tranquilo. Mejorará mucho la digestión.
5.
Ni
demasiado caliente, ni demasiado frio
La temperatura a
la que entran los alimentos y los líquidos en el cuerpo afecta a la fortaleza
del bazo (las pilas de tu organismo) y de otros órganos. Las bebidas con hielo
debilitan los órganos. Consumir alimentos muy calientes que te queman el
paladas no es bueno, ya que dañan las membranas de la boca y las paredes del estómago,
deteriorando las papilas gustativas.
6.
Haz
rotar los alimentos
No comas lo
mismo todos los días. No debes consumir en exceso un único alimento, ya que a
menudo puede desarrollarse sensibilidad, intolerancia y alergias alimenticias o
tal vez tu organismo no estará bien nutrido. Así que opta por ingerir un
alimento concreto tan solo una vez cada cuatro días en vez de consumirlo a diario.
7. Escucha
tu cuerpo
Si tu cuerpo te
pide algún alimento tal vez necesitas algún nutriente que contenga ese alimento
obviamente considerando que lo que es más conveniente consumir son hierbas,
frutas, entre otros. Siempre ten la mente abierta y una buena disposición.
8.
El
desayuno es sagrado
Desayuna siempre
algo saludable y sustancioso. El desayuno es el momento en que el estómago
tiene más energía y los jugos digestivos están calentando motores. No importa
si el desayuno es el mismo siempre y cuando siempre lo hagas.
9.
Cena
ligera
Ingiere la última
comida del día como mínimo un par de horas antes de irte a la cama. Si cenas
demasiado tarde, te estresas y agotas tu organismo. Es malo para tus órganos digestivos, para el corazón
y para el hígado.
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