Hablar
de Tus Sentimientos:
Emociones y sentimientos que son escondidos,
reprimidos, terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares,
dolor en la columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera
hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar, compartir nuestra
intimidad, nuestros “secretos”, nuestros errores. El diálogo, el hablar, la
palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia.
Toma
Decisiones:
La persona indecisa permanece en duda, en la
ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones,
agresiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y
valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias
nerviosas, gástricas y problemas de la piel.
Busca
Soluciones:
Personas negativas no consiguen soluciones y
aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo.
Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña,
pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento
negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.
No Vivas de Apariencias:
Quien esconde la realidad finge, hace poses,
quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto,
bonachón, etc., está acumulando toneladas de peso. Una estatua de bronce con
pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son
personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital,
el dolor.
Acéptate:
El rechazo de sí mismo, la ausencia de
autoestima, hace que nos volvamos ajenos a nosotros mismos. Ser uno mismo es el
núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a si mismos, son
envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar
ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.
Confía:
Quien no confía, no se comunica, no se abre, no
se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades
verdaderas. Sin confianza, no hay relacionamiento. La desconfianza es falta de
fe en sí, en los otros y en Dios.
Trata de no estar triste:
El
bueno humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga
vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive.
“El buen humor nos salva de las manos del
doctor”. La alegría es salud y terapia.
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