lunes, 17 de junio de 2013

Obesidad, principal precursor del Síndrome Metabólico


De acuerdo a información proporcionada por Miguel Escalante, experto en Endocrinología del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la obesidad es el principal desencadenante del síndrome de resistencia a la insulina, aun cuando se produce dicha hormona, ésta no es capaz de metabolizar el azúcar circulante ni de regular otras funciones importantes, de ahí que el riesgo a sufrir infartos ya sea cerebrales o cardiacos, se incremente en quienes la padecen.

Destacó que de hecho, 90% de los obesos presenta dicha alteración, conocida también como síndrome metabólico, aun cuando no tengan cifras elevadas de glucosa.

Al referir que también las personas delgadas, hasta en 25% desarrollan este síndrome, el especialista detalló que en la resistencia a la insulina, la producción de ésta sí ocurre, incluso en cantidades mayores a las normales, sin embargo no desarrolla las funciones metabólicas y fisiológicas adecuadamente.

Entre los signos de alerta, indicó que quien la padece, empieza a tener hipertensión arterial, quistes ováricos y se eleva la producción de ácidos grasos depositándose en el hígado, en lo que se conoce como esteatosis hepática o hígado graso, entre otros efectos adversos.

En este tenor, la resistencia a la insulina o síndrome metabólico, se relaciona no solamente con diabetes, sino con otras enfermedades como obesidad, hipertensión arterial, dislipidemias (colesterol y triglicéridos altos) y fenómenos de alta coagulabilidad, "todo esto puede ocurrir aún sin tener la glucosa elevada", aseveró.

Por su parte, los que debido a la resistencia a la insulina desarrollan hipertensión, sufren de dolores de cabeza intensos, así como de latido cardiaco acelerado -palpitaciones-, mientras que en los diabéticos con este síndrome, la pérdida rápida de peso y la necesidad frecuente de orinar, son datos característicos.

El médico resaltó que dado que se trata de un síndrome que aparece aún en personas no diabéticas, una intervención en ese momento puede evitar esta peligrosa transición, de manera que ajustes en la dieta y actividad física en general, pero muy particularmente en personas obesas, son importantes para que, al bajar de peso, se elimine también la resistencia a la insulina.

La fatiga y cansancio frecuentes son también evidencia de síndrome metabólico, dijo el experto, sin embargo insistió en el hecho de que muchos de quienes lo padecen, pueden estar sin síntoma alguno, de ahí la recomendación de un chequeo médico anual.

En este chequeo médico, debe incluirse una evaluación física que contemple medición de peso, talla, circunferencia de la cintura, presión arterial, glucosa y lípidos, máxime cuando la persona tiene familiares en primero o segundo grado con antecedentes de hipertensión, diabetes o ambas.

"Lo mejor es prevenir, de manera que los obesos hipertensos y dislipidémicos y aquellos con glucosas moderadamente altas o altas, necesitan modificar estos factores de riesgo, si hay que bajar de peso, si hay que bajar la glucosa y la grasa con medicamentos, tenemos que hacerlo porque al mejorar estos parámetros el pronóstico de la persona mejora también", concluyó.

Fuente: EL INFORMADOR / ÉDGAR FLORES

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