Escribir este post me ha hecho recordar una frase de Al Pacino en la
grandísima película de Oliver Stone Un domingo cualquiera,
donde alecciona y motiva a sus jugadores con la frase “pulgada a pulgada” sobre
la importancia de perseverar con paciencia, pero con determinación y paso
firme.
Es habitual que nos obsesionemos con el peso que
movemos. Solemos asociar la fuerza de una persona con el peso que es capaz de mover y, en un intento por
llegar a la cifra deseada, buscamos atajos que pueden hacernos perder el rumbo.
Llevo tiempo hablando de la importancia de saber introducir las progresiones que desafíen al organismo a una
constante adaptación y, de esta manera, evitar el establecimiento.
Por alguna razón, tal vez por culpa de ese ansia que tiene el hombre -no
tanto las mujeres- de mover más y más peso, consideramos que estas progresiones deben reflejarse en una cargada semana más elevada. Esto es posible cuando eres un principiante y tu organismo
está capacitado para obsequiarte con ese progreso galopante, pero nada tiene
que ver con las dificultades y obstáculos con los que se encontrarán estos
mismos individuos conforme vaya pasando el tiempo y la curva que relaciona
tiempo y progreso empiece a achatarse. Llegado este momento, hay quien se
desespera porque no es capaz de seguir incrementando el peso. La sombra del estancamiento se antoja cercana, y empezamos a cuestionarnos las aspiraciones
que hemos visto con nuestro progreso hasta el momento.
Una vez en este punto, cuando ya no resulta posible tocar más peso, pero no nos conformamos con el estado de forma
adquirido, podemos cambiar el objetivo del entrenamiento, dar un rodeo, o bien intentar seguir introduciendo las progresiones de manera más inteligente:
1.- Peso: El problema de los gimnasios habituales es que apenas te permiten jugar
con incrementos racionales del peso. Cuando estás empezando, es posible que
puedas saltar de mancuernas de 8 a 10Kg, o bien utilizar discos de 2,5Kg a cada
lado de una barra de manera que el incremento mínimo sean 5 kilos en total,
pero esto no es nada fácil cuando llegas a unos pesos determinados y este
incremento mínimo se convierta en un escalón demasiado grande. En este caso,
podrías seguir subiendo carga de manera gradual, pero necesitarás
incrementos de no más de un kilo. De esta manera, es posible que en press blanca lo
puedas saltar de 100 a 105 pero si pones 102 y la semana siguiente 104, en 3
semanas ya habrás llegado a un peso que de otra manera habría resultado
imposible.
Fuente: fitness.35webs.com
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