DESSCUBREN
QUE VARIANTE DE GEN QUE ESTIMULA LA HORMONA QUE GENERA PROPENSIÓN A COMER MÁS Y
PEOR.
Un grupo de científicos descubrió cómo la versión de un gen
vinculado al riesgo de la obesisdad ocasiona que la gente gane peso. Hace a las
personas más propensas a sentir hambre después de un bocado y preferir
alimentos de alto contenido calórico.
En un estudio publicado el pasado lunes en la revista'Journal of Clinical Investigation' los
científicos plantearon que los individuos que heredaron la 'riesgosa' versión del gen FTO, de sus dos padres, tienen
altos niveles de la hormona ghrelina, que estimula el apetito desde el torrente
sanquíneo, lo que les provoca sensación de hambre aún después de comer.
Monitoreos en tiempo real del cerebro arrojaron que el gen FTO
regula las respuestas a la mencionada hormona y a las imágenes de comida.
Expertos en obesidad consideran que un fármaco que ataque la
ghrelina puede ayudar a frenar el aumento de peso.
Los individuos tienen dos copias del gen FTO, una de cada padre,
y cada copia viene en una forma de alto o bajo riesgo.
Aquellos con copias dobles del gen de alto riesgo pueden ser 70%
más propensos a ser obesos que aquellos que tienen las copias de bajo riesgo.
Hasta hace poco no se sabía el porqué.
Estudio
"Esto posiblemente explica porque algunas personas son más
proclives a ganar peso y a la obesidad que otras", dijo el doctor Jeremy
Korman, cirujano bariátrico que trabaja para el centro 'Marina Weight
Loss' que no fue parte del estudio.
Un trabajo académico de 2007 encontró que quienes tienen dos
copias de la version riesgosa del gen FTO pesó cerca de 3 kilos más, en
promedio que quienes no tenían copias de dicha variante. Otros estudios han
mostrado que la gente con dicha característica come más que quienes no la
evidencian.
Para el estudio en mención, el equipo liderado
por investigadores del University College de Londres (UCL) examinó a dos grupos de hombres, todos con peso normal,
pero uno de ellos con el FTO de alto riesgo y el otro con el de bajo riesgo.
Las primeras pruebas tenían como objetivo analizar los niveles
de la hormona ghrelina durante una comida en diez hombres de cada grupo.
Los niveles de esta hormona, que hacen que alguien sienta
hambre, no cayeron tanto en los pacientes con el gen de alto riesgo tras las
comidas. Y no solo eso, sino
que además los niveles de ghrelina empezaron a subir con mayor rapidez.
En pruebas separadas, escáneres cerebrales tras la comidas
mostraron más diferencias entre los dos grupos. Aquellos con el gen de alto riesgo encontraban más atractivas
las fotografías de alimentos con alto contenido graso que aquellos con el gen
de bajo riesgo.
La doctora Rachel Batterham, jefa del centro para la
investigación de la obesidad del UCL, aseguró que el cerebro de esos
participantes "se interesaba particularmente en
cualquier alimento con un alto contenido calórico", según publicó el
portal BBC Mundo.
La experta añadió que estaban "biológicamente programados
para comer más".
Tras revisar el escáner cerebral, los responsables de la
investigación encontraron las diferencias más notables en el cerebro de los
hombres estudiados, en zonas como el hipotálamo, que controla el apetito, y en
las zonas del cerebro relacionadas con la 'recompensa'. Otro hecho que
destacaron, fue que los pacientes del grupo que evidenciaba
variantes'riesgosas' del gen FTO, preferían comidas con alto contenido de grasa
antes y después de la prueba, hecho que contrasta con los miembros del otro
grupo, que prefirieron comidas con bajo contenido graso, después de participar
del 'test'.
Las alternativas
Batterham consideró que entender cómo el FTO afecta las
posibilidades de tener sobrepeso podría ayudar a los pacientes.
Según la especialista, el ejercicio físico como
andar en bicicleta es excelente para reducir los niveles de ghrelina. También
hay gran cantidad de investigaciones de las compañías farmacéuticas enfocadas
en esa hormona.
"Además, los alimentos proteicos bajan más la ghrelina, así
que cualquier cosa que la suprima puede ser más efectiva en pacientes con el
FTO", completó.
En algún punto de la historia de la humanidad es posible que las
mutaciones del gen hayan sido una cuestión de supervivencia, cuando ganar kilos
durante el verano ayudaba a las personas a pasar el invierno.
Sobre el estudio, el profesor Steve Bloom, del Imperial College
de Londres, opinó: "Poco a poco estamos descubriendo los factores que nos
hacen tener sobrepeso. Este trabajo no sólo demuestra cómo actúa un alto nivel
de ghrelina, sino que además analiza los cambios en el
cerebro asociados con su acción. Es un gran paso".
De su lado, Korman aseguró: "Es importante para los
pacientes saber que están en riesgo de desarrollar obesidad. Esto les puede
permitir modificar su comportamiento cuando están a tiempo. Por ejemplo, pueden comer más proteína y
menos carbohidratos para sentir menos hambre".
Fuente:contenido@diarioadn.co
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