Los apios pertenecen a la familia de los Opiáceos junto con las zanahorias y el perejil. Si vas
a incluir apio dentro de tu mercado, trata de escoger el que tenga un color
verde encendido, tallos fuertes y que no estén blandos. Que luzca crujiente y se rompa fácilmente cuando se trate de separar los tallos. Para
almacenarlos, pon los tallos envueltos en una bolsa plástica o en paño húmedo y guárdalo en el
refrigerador. Si se ha marchitado, rocíalo con un poco de agua y regrésalo al
refrigerador. Así recupera pronto su frescura. El apio tiene un alto contenido
de agua (alrededor del 93%), contiene fibra lo que lo convierte en un snack
perfecto. También contiene el flavonoide apigenina, el cual ha demostrado actuar
como anti-inflamatorio y anticancerígeno.
Se puede cortar o romper desde la base. Lavarlo bien
para quitarle la tierra y con un cuchillo retirarle las fibras. El apio crudo
es un gran snack para niños o adultos, combina perfecto con salsas o agregar
sus hojas a ensaladas. Utilizarlo como relleno, en caldos, sopas, saltados y
estofados.
Cuando se usan en ensaladas, se deben poner antes
en agua fría para que conserve la sensación crujiente.
Fuente: http://club-nutricional.com
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