1 – Evita permanecer de pie o sentado(a) por largos períodos de tiempo
Si tu trabajo, profesión o
actividades diarias te obligan a estar en la misma posición por muchas horas,
lo mejor es que intentes moverte cuanto puedas o, por lo menos, que cambies el
peso de un pie para el otro. Siempre que te sea posible, tómate un pequeño
descanso y camina a tu alrededor.
Evita sentarte con las piernas cruzadas, pues eso impide que tengas
una circulación adecuada. Mantén las rodillas bien firmes, flexiona los
músculos de las pantorrillas y gira las articulaciones de los tobillos.
2 – Practica actividad física regularmente
Esto te ayudará a tonificar y
fortalecer los músculos de las piernas y a mejorar la circulación.
Empieza con actividades de bajo
impacto, como caminar, trotar, andar de bicicleta o nadar, por lo menos
5 veces a la semana y durante 30 minutos.
3 – Evita el exceso de peso
Estar en tu peso ideal te
ayudará a mejorar la circulación.
El sobrepeso colabora con la
aparición de las várices, porque la presión extra ejercida sobre las venas hace
que las mismas se debiliten y se hinchen.
Elige un buen plan de
alimentación y una rutina de ejercicios adecuada para tu organismo.
4 – Lleva una dieta saludable
Esto te ayudará a entrar en
forma y a mejorar la circulación sanguínea, evitando la aparición de várices.
Lo ideal es que optes por una
dieta rica en proteínas, vitaminas, minerales, fibras y pobre en gorduras
saturadas y carbohidratos simples. Las fibras son fundamentales, pues dan una
sensación de saciedad por más tiempo, ayudan a mejorar la digestión y previenen
el estreñimiento.
5 – Usa medias de compresión
Ellas ayudan a disminuir la
hinchazón de las venas, mejorando la circulación. La compresión presiona los
músculos de las piernas, permitiendo que la sangre fluya mejor hacia el
corazón.
6 – Evita el uso de tacones y ropa muy ajustada
Cuando utilizados durante un
largo período de tiempo, los tacones pueden ocasionar problemas de circulación.
Esto ocurre porque el principal esfuerzo lo hacen los músculos de los glúteos,
en lugar de los de las piernas.
En lo posible, opta por zapatos
bajos o sandalias. Si eres obligada a usar zapatos con tacones, después de su
uso, eleva las piernas durante un rato.
Lo mismo sucede con las ropas
apretadas, que limitan el flujo de la sangre, aumentando el riesgo de la
aparición de várices. Evítalas y opta por ropas más holgadas y cómodas.
Quality Health®, porque una excelente calidad de vida es reflejo de tu salud.-