Los ácidos
grasos Omega-3 y los Omega-6 son grasas poliinsaturadas y configuran
el grupo de los llamados ácidos grasos esenciales, que deben este nombre al
hecho de que son imprescindibles para el organismo, a pesar de que éste no es
capaz de producirlo por sí solo y debe adquirirlo a través de los alimentos que
lo contienen:
·
Pescados azules.
·
Salmón.
·
Vegetales de hoja verde.
·
Ciertos aceites
vegetales.
Grasas vegetales o
animales, todas tienen las mismas calorías, aunque los saturados se fijan con
más facilidad a las membranas celulares, mientras que algunos insaturados son
“detergentes” de colesterol y triglicéridos (la grasa de la sangre) como los
aceites de pescados azules y aceites de girasol, maíz y oliva.
Las propiedades de los ácidos
grasos Omega-3 aportan importantes beneficios para la salud del
organismo:
·
Tienen actividad
antiinflmatoria.
·
Reducen la fracción de
colesterol, aumentando la producción de HDL (colesterol bueno) y la eliminación
de LDL (colesterol malo), lo que dificulta la formación de placas de ateroma en
las paredes de las arterias (arterioesclerosis).
·
Reducen los niveles de
triglicéridos.
·
Contribuyen al descenso
de la presión sanguínea.
·
En los niños desempeñan
un papel importante en la maduración y crecimiento del cerebro.
·
Protegen frente a
numerosas enfermedades: diabetes, ictus, algunos tipos de cáncer, enfermedad
intestinal inflamatoria, colitis ulcerosa y el deterioro cognitivo.
·
Tienen propiedades
anticoagulantes.
·
Reducen la
sintomatología asociada a la artritis reumatoide.
Como ya se ha dicho, los ácidos
grasos Omega-3 deben adquirirse con la alimentación. Hay que tener en
cuenta, además que este nutriente se degrada muy poco en el proceso de
cocinado, por lo que los pescados azules (atún, sardina, caballa,
etc.) y el salmón se pueden preparar de cualquier manera. Es conveniente
que estos alimentos estén presentes en el menú al menos una vez a la semana y
que se suplemente con vegetales de hoja verde. También hay alimentos
funcionales (leche y otros) que han sido enriquecidos con este nutriente y que
pueden contribuir a cubrir las necesidades del organismo.
No se ha establecido cuál es la dosis diaria de ácidos grasos Omega-3 que se debe aportar al organismo. Sin embargo, conviene señalar el hecho de que algunos estudios han demostrado que con una dosis de 1 gramo diario se reduce significativamente el riesgo de muerte súbita en pacientes que ya han sufrido un infarto de miocardio.
No se ha establecido cuál es la dosis diaria de ácidos grasos Omega-3 que se debe aportar al organismo. Sin embargo, conviene señalar el hecho de que algunos estudios han demostrado que con una dosis de 1 gramo diario se reduce significativamente el riesgo de muerte súbita en pacientes que ya han sufrido un infarto de miocardio.
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