Mucho se ha hablado y se
hablará de la dieta mediterránea y del aceite de oliva. La pista de la oliva la
podemos iniciar en la cultura griega, la cual tomó a su vez de la milenaria
Mesopotamia muchas directrices cultas y culinarias.
En todo caso, la cuenca
mediterránea -sea africana o europea- utiliza como compañía inseparable de su
alimentación, el aceite de oliva.
En España los olivos los
trajeron los romanos, juntamente con los cereales y la vid, siendo los
musulmanes quienes mejoraron su producción. Fueron ellos los que introdujeron
la técnica industrial de las almazaras, medio de expresión de la aceituna
–nombre de estricto origen árabe-, que ha permanecido con ligeras variaciones
hasta tiempos recientes.
El aceite de oliva
contiene un 75% del ácido graso más equilibrado de la naturaleza: el ácido
oleico. A un lado de su composición se encuentran las grasas saturadas de
origen animal, cuyo exceso provoca serias alteraciones cardiovasculares. En su
otro costado se sitúan los ácidos grasos poliinsaturados, de origen marino y
vegetal, con propiedades positivas diversas. Todos poseen similares calorías
por gramo.
"No hay que hacer un uso indiscriminado del aceite de oliva. Cualquier grasa en exceso ayuda a incrementar la grasa corporal. El secreto de la cultura mediterránea reside en su moderación y en su bioestilo."
"No hay que hacer un uso indiscriminado del aceite de oliva. Cualquier grasa en exceso ayuda a incrementar la grasa corporal. El secreto de la cultura mediterránea reside en su moderación y en su bioestilo."
No obstante, recientes
trabajos demuestran que en la vida prolongada de los habitantes mediterráneos,
colabora el uso moderado de aceite de oliva:
·
No afecta el colesterol
bueno. Al contrario que los
aceites poliinsaturados, es el único aceite que baja el colesterol total sin
descender el HDL-colesterol, el "bueno". Tal vez lo aumenta
ligeramente.
·
Control de hipertensión. Tres cucharadas de aceite al día, utilizando una
pauta de alimentación coherente, colabora notoriamente en el control de la
hipertensión inclusive utilizando grasas animales en la dieta.
·
Efectiva en el descenso
del colesterol. Una dieta rica en
aceite de oliva (41% de grasas), comparada con otra dieta baja en grasa (22% de
grasa) y rica en fibra, se muestra más efectiva en el descenso de colesterol
(20 Mg contra 17 Mg), además de no descender el HDL-colesterol.
·
Descenso de la glucosa. Demostrado en diabéticos tipo II y población
normal (5.000 italianos estudiados), además de coincidir en un ligero aumento
del colesterol "bueno" (HDL) y desciende el colesterol
"malo" (LDL), siempre que se utilice una dieta adecuada.
·
Propiedades antioxidantes. Capaz de proteger el daño celular de los
radicales agresivos de oxígeno libre. Ello significaría acción anticancerígena,
mejor calidad de vida cerebral y efecto "anti-aging".
Estos comentarios no
justifican un uso indiscriminado de aceite de oliva. Cualquier grasa en exceso
ayuda a incrementar la grasa corporal. Porque el secreto de la cultura
mediterránea reside en su moderación y en su bioestilo.
Seguir a @QualityHealthCO
No hay comentarios:
Publicar un comentario