martes, 27 de mayo de 2014

Alimentación equilibrada, sí; alimentos sanos, ¡también!




Lo tenemos aprendido (al menos en la teoría). Una dieta saludable incluye una alimentación equilibrada en la que no pueden faltar los nutrientes que el cuerpo necesita. Proteínas, azúcares, vitaminas, hidratos de carbono… Sabemos qué alimentos son fundamentales para llevar una rutina alimentaria healthy, y cuáles podríamos tachar directamente de nuestra lista de la compra, pero, ¿sabemos “cuidar” nuestra comida antes de llevarla a la boca?


La conservación es una de las fases fundamentales a la hora de exprimir al máximo los nutrientes de nuestros platos. Es una parte esencial en la cadena “compro-guardo-cocino-como”. Conservar la comida es, en primer orden, evitar que se pongan en mal estado (y tengan secuelas en tu salud), y en segundo plano, también muy importante, garantizar que esos ingredientes van a aportar a tu cuerpo todos los beneficios que prometen. Para conservar tenemos nuestra gran arma: la nevera. Pero, a veces, no es suficiente… Los expertos de yocomobien.es nos dan algunas claves para neutralizar microbios y exprimir al máximo tu fuente de nutrientes. “Lo más adecuado es utilizar la nevera a una temperatura óptima, entre los 4 y los 8ºC. A esta temperatura la supervivencia y proliferación de bacterias es mínima”, explican.

Apuntamos sus consejos y los trasladamos a tu pantalla:

-No introducir alimentos calientes en la nevera.  Si lo hacemos producimos una subida rápida de la temperatura y ponemos en situación de riesgo todo lo que almacenamos. Si necesitamos enfriar algo rápidamente, podemos meterlo al baño de maria de agua fría o colocarlo encima de una rejilla en un lugar fresco.

-Cubrir herméticamente todos los productos que guardemos en la nevera. Lo mejor y más práctico es cubrirlos con film transparente.

- Etiquetar productos y comidas ya elaboradas para consumirlos por orden de caducidad.

- No meter las conservas empezadas en su envase original si es metálico. Cámbialo a un tupper y escribe la fecha de caducidad en la tapa.

- Utiliza papel de cocina, rejillas o coladores para evitar que los alimentos estén en contacto con el agua que sueltan y se pudran. Un buen truco para mantener crujiente mucho más tiempo las hojas de lechuga, consiste en lavarlas en abundante agua fría, centrifugarlas bien y guardarlas en la nevera en un bol con papel de cocina en su base.

- Las claves para un consumo responsable se basan en comprar las cantidades necesarias y aprender a conservar los alimentos, esto es importante no solo para evitar intoxicaciones, sino también para gozar de productos que conserven todo su sabor y textura.

Publicado: http://www.cosmohispano.com/



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