En constante
renovación, la piel es mucho más que un simple envoltorio.
Es el órgano vivo más pesado (de 3 a 4 kg) y el más amplio del cuerpo humano
(de 1.5 a 2 m2). En permanente relación con los demás órganos, la piel puede
revelar las disfunciones o enfermedades que padezcan otros órganos de nuestro
cuerpo.
La
piel tiene tres funciones básicas:
1 -
PROTECCIÓN
La piel
protege al cuerpo de ataques mecánicos, físicos, químicos o microbianos desde
el exterior, protege el cuerpo de mecánicos, físicos, químicos o microbianos
ataque que provienen del exterior a través de, entre otros, mecanismos
celulares e inmunológicos y su impermeabilidad, resistencia y flexibilidad.
2 -
TRANSMISIÓN
La piel se utiliza para transmitir información
entre el cuerpo y el mundo exterior a través de sus múltiples terminaciones
nerviosas que reciben estímulos táctiles, térmicos y dolorosos.
3 -
INTERCAMBIO
La piel es el lugar donde se llevan a cambio
numerosos intercambios entre el organismo y el exterior.
Asimismo, participa en mecanismos complejos, como
la regulación de la temperatura corporal (por la eliminación de calor y la
evaporación del sudor secretado por las glándulas sudoríparas, así como la
eliminación de sustancias nocivas) y la síntesis de vitamina D, que es esencial
para el crecimiento de los huesos.
La piel está formada por tres capas superpuestas
separadas entre sí:
La epidermis el estrato superior de la piel, es
esencialmente un tejido compuesto de queratinocitos, las células que, a medida
que envejecen, se cargan de una sustancia impermeable, la queratína (lo que
explica el papel de la protección de la piel). La epidermis también contiene
melanocitos (células que proporcionan protección natural contra los rayos del
sol y son responsables de la pigmentación de la piel) y células de Langerhans,
que forman parte del sistema inmunológico.
La epidermis está organizada en cuatro capas de células: la capa basal (la más profunda), la capa mucosa, la capa granular y la capa córnea (la capa superior).
La epidermis está organizada en cuatro capas de células: la capa basal (la más profunda), la capa mucosa, la capa granular y la capa córnea (la capa superior).
La dermis es un tejido de espesor variable, que
contiene los vasos sanguíneos, muchas células inmunológicas, glándulas
sudoríparas, folículos sebáceos, piloerección, receptores sensoriales que
reaccionan a la presión o la temperatura, el dolor y las terminaciones
nerviosas sensibles. Los principales componentes de la dermis son las fibras de
colágeno y elastina, asegurando que la piel sigue siendo fuerte, flexible y
elástica.
La
hipodermis, que se
encuentra debajo de la dermis, es un tejido graso, más o menos abundante en
función de las personas y las partes del cuerpo. Se trata de un depósito
importante de energía para el cuerpo.
Publicado: http://www.bioderma.com/
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