Comer sano a esta edad
garantiza la prevención de distintas enfermedades
Estas hacen que los músculos estén firmes, fortalecen el cabello y las uñas y le dan un aspecto joven a la piel, entre otros beneficios. Para esto consuma carnes magras y blancas (sin piel preferiblemente), granos y semillas.
No olvide que el consumo de productos lácteos le brindará calcio para proteger los huesos, que se hacen más débiles por la disminución en la producción de estrógenos después de la menopausia en las mujeres. Puede complementar su dieta con suplementos nutricionales ricos en zinc, hierro y vitaminas A, E, D y complejo B.
En esta edad el proceso de metabolización y absorción es más lento. Prefiera las harinas integrales para no eliminar su consumo, ya que son las encargadas de brindarle la energía.
Si siente ansiedad puede dividirlas en seis comidas pequeñas a lo largo del día para que el metabolismo funcione de manera más rápida. Dedique más tiempo al desayuno, pues en este se recibe la energía y las calorías necesarias para empezar el día.
El contenido corporal de agua en un adulto joven representa el 60 por ciento; en la madurez el agua llega a disminuir hasta llegar al 50 por ciento, aproximadamente. Es fundamental que ingiera de 8 a 12 vasos de agua al día, ya que la pérdida de líquido deteriora progresivamente los tejidos y así las arrugas aparecen más rápido.
En esta etapa las grasas pueden aumentar el colesterol y así se incrementa el riesgo de sufrir enfermedades coronarias. Por el contrario, se debe elevar el consumo de grasas monosaturadas contenidas en los frutos secos como almendras, maní y nueces, entre otras.
Es recomendable sustituir el dulce por productos más sanos como la miel de abejas o endulzantes dietéticos.
El aporte de energía a través de los alimentos debe adaptarse a las necesidades de cada individuo en función de su edad, complexión y actividad física. Por ejemplo, una persona que haga ejercicio diariamente debe tener una dieta de 1.800 calorías, distribuyendo de manera equilibrada los nutrientes necesarios.
Las funciones del
organismo van disminuyendo con la edad, pero una dieta correcta puede retrasar
este proceso. Aquí encontrará algunas recomendaciones para tener una buena
nutrición en esta etapa, en la que es indispensable llevar una dieta balanceada
para lograr un óptimo y perdurable estado de salud.
Consuma
proteínas
Estas hacen que los músculos estén firmes, fortalecen el cabello y las uñas y le dan un aspecto joven a la piel, entre otros beneficios. Para esto consuma carnes magras y blancas (sin piel preferiblemente), granos y semillas.
Alimente
sus huesos
No olvide que el consumo de productos lácteos le brindará calcio para proteger los huesos, que se hacen más débiles por la disminución en la producción de estrógenos después de la menopausia en las mujeres. Puede complementar su dieta con suplementos nutricionales ricos en zinc, hierro y vitaminas A, E, D y complejo B.
Disminuya
la cantidad de carbohidratos
En esta edad el proceso de metabolización y absorción es más lento. Prefiera las harinas integrales para no eliminar su consumo, ya que son las encargadas de brindarle la energía.
Evite
saltarse las comidas básicas
Si siente ansiedad puede dividirlas en seis comidas pequeñas a lo largo del día para que el metabolismo funcione de manera más rápida. Dedique más tiempo al desayuno, pues en este se recibe la energía y las calorías necesarias para empezar el día.
Tome más agua
El contenido corporal de agua en un adulto joven representa el 60 por ciento; en la madurez el agua llega a disminuir hasta llegar al 50 por ciento, aproximadamente. Es fundamental que ingiera de 8 a 12 vasos de agua al día, ya que la pérdida de líquido deteriora progresivamente los tejidos y así las arrugas aparecen más rápido.
Que
la fibra no falte
Alimentos como la linaza, frutas y verduras frescas facilitan el
proceso de digestión.
Es recomendable disminuir la ingesta de grasas
animales
En esta etapa las grasas pueden aumentar el colesterol y así se incrementa el riesgo de sufrir enfermedades coronarias. Por el contrario, se debe elevar el consumo de grasas monosaturadas contenidas en los frutos secos como almendras, maní y nueces, entre otras.
Reemplace
los azúcares simples
Es recomendable sustituir el dulce por productos más sanos como la miel de abejas o endulzantes dietéticos.
El
consumo de calorías debe ser menor
El aporte de energía a través de los alimentos debe adaptarse a las necesidades de cada individuo en función de su edad, complexión y actividad física. Por ejemplo, una persona que haga ejercicio diariamente debe tener una dieta de 1.800 calorías, distribuyendo de manera equilibrada los nutrientes necesarios.
Publicado por: http://www.eltiempo.com/
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