Un amplio estudio
muestra que incluso una pequeña cantidad de ejercicio al día tiene beneficios
claros sobre la salud cardiovascular
Las sillas pueden matar. Algo así podrían haber
titulado los periódicos de la época el descubrimiento que hizo en 1949 el
epidemiólogo Jerry Morris. Este investigador escocés estudió a dos tipos de
trabajadores distintos de los autobuses de Londres, los conductores y los
cobradores. Ambos eran hombres de entornos sociales similares, pero los
primeros sufrían ataques al corazón con mucha más frecuencia que los segundos.
La diferencia parecía ser que los conductores se pasaban todo el día sentados
mientras los cobradores tenían que moverse constantemente subiendo y bajando
las escaleras entre los dos pisos de aquellos vehículos. Después de confirmar
la correlación que había observado, publicó sus resultados en The Lancet, en lo
que se considera la primera prueba científica del vínculo entre enfermedad y
sedentarismo.
Desde
entonces, muchos otros estudios científicos han confirmado que el ejercicio es
bueno para la salud, pero ¿cuánto es necesario para tener beneficios? En un
estudio publicado esta semana, un grupo de investigadores suecos, después de
analizar a casi 40.000 personas de entre 20 y 90 años, ha concluido que más de
una hora de ejercicio moderado o media hora de ejercicio intenso al día puede
reducir el riesgo de fallo cardiaco en un 46%. El trabajo, que ahora se publica
en la revista Circulation, comenzó en 1997 e incluía a personas que entonces no
sufrían fallo cardiaco. El equipo sueco de científicos observó que cuanto más
activa era una persona, menor era su riesgo de padecerlo.
Este
estudio también ha confirmado que, aunque una mayor cantidad de ejercicio
proporciona mayores beneficios, incluso unos niveles bajos de actividad pueden
tener efectos positivos. Además de promover el ejercicio como parte de una vida
sana, los autores del artículo, investigadores de la Universidad de Uppsala,
consideran que diseñar ciudades en las que caminar o moverse en bicicleta sea
fácil y seguro puede proporcionar grandes beneficios para la salud.
La
explicación para los beneficios de la actividad física se producen, entre otras
cosas, porque durante el ejercicio el músculo se contrae con mayor frecuencia y
potencia, incrementando el flujo sanguíneo a las arterias. Esto provoca cambios
sutiles en el sistema autónomo que controla la contracción y la relajación de
los vasos sanguíneos y acaba por reducir el número de pulsaciones en reposo,
hace bajar la tensión y contribuye a tener un corazón capaz de latir en un
rango más amplio. Todos estos factores reducen el riesgo de sufrir enfermedades
cardiovasculares. Además, el ejercicio se ha relacionado con una reducción de
la inflamación, que suele estar implicada en dolencias como la
arteriosclerosis.
El ejercicio adelgaza poco
Pese
a que el vínculo entre ejercicio y salud no despierte demasiadas dudas, no
sucede lo mismo con el que existe entre el deporte y el adelgazamiento, una
motivación que, con frecuencia, impulsa más a la gente a moverse que el estado
de sus arterias. En el caso del ejercicio moderado, si se considera que caminar
un kilómetro consume unas 70 calorías y se recorren cinco kilómetros al día,
eso supondría un consumo extra de unas 350 calorías diarias. Aunque la cantidad
es importante, un kilo de grasa contiene unas 7000 calorías, con lo que
manteniendo la dieta habitual el proceso de pérdida de peso sería muy lento y
podría producir desmotivación. Por ahora, parece que el principal método para
perder peso y mantenerse en uno saludable es reducir el número de calorías
consumidas.
En
cualquier caso, como ha mostrado el estudio sueco confirmando otros trabajos
anteriores, incluso una pequeña cantidad de ejercicio que no nos convierta en
sílfides puede ayudarnos a estar mejor. Un estudio liderado por Chi Pang Wen,
de los Institutos Nacionales de Investigación en Salud de Taiwan, analizó los
niveles de actividad física de 400.000 taiwaneses durante ocho años. En este
grupo, descubrieron que incluso las personas que hacían tan solo 15 minutos de
ejercicio al día tenían un 14% menos de posibilidades de morir en esos ocho
años posteriores e incrementaban su vida en tres años de media respecto a las
personas inactivas.
El
artículo mencionaba también que, además de reducir el riesgo de enfermedades
del corazón, el cuarto de hora de ejercicio podía haber evitado una de cada
nueve muertes por cáncer registradas entre los que no realizaron ningún tipo de
actividad física. Por último, trataron de observar si lo que sucedía era que
las personas más activas tenían, en general, un estilo de vida más saludable. Y
no fue así. Cuando se separaron factores como beber alcohol o fumar, se observó
que los beneficios del deporte para la salud seguían presentes.
Publicado por: http://www.elespectador.com/
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