En muchas culturas, un
niño gordito es un símbolo de buena salud. Sin embargo, ¿sabías que un bebé
puede estar con sobrepeso y al mismo tiempo padecer desnutrición? Aunque un
niño coma suficiente, o incluso más de lo que necesita, puede que su dieta
carezca de los nutrientes necesarios para crecer adecuadamente en talla o
estatura.
Este es el caso en América
Latina, donde la alimentación infantil abunda en carbohidratos, azúcares y
grasas. Sobran las calorías, pero suelen faltar las vitaminas, minerales y
ácidos grasos esenciales que un niño necesita para crecer, ocasionando
desnutrición y obesidad al mismo tiempo.
Según investigaciones recientes, el aumento de peso y talla durante el
período que comprende desde la concepción hasta el segundo cumpleaños de un
niño juega un rol crítico en su desarrollo y en la presencia de enfermedades en
la edad adulta.
Si un
niño está desnutrido durante los primeros años de vida, su cuerpo aprende a
funcionar con pocas calorías. Posteriormente, cuando consuma más calorías de
las que su cuerpo necesita, no las utilizará y se almacenarán en forma de
grasa, aumentando de peso y programando su metabolismo para enfermedades
crónicas.
Al
contrario, si un niño aumenta de peso demasiado rápido, corre mayor riesgo de
ser un adulto obeso. Por lo tanto, es fundamental lograr un equilibrio
entre la talla y el peso durante los primeros meses de vida para lograr un
crecimiento óptimo: ni muy gordito, ni muy bajito.
Las
estadísticas de nuestra región reflejan este fenómeno. Aún luchamos por reducir la desnutrición crónica que sufren
más de siete millones de niños menores de cinco años, pero la
prevalencia de la obesidad infantil ha aumentado aceleradamente, especialmente
en zonas en situación de pobreza y de comunidades indígenas. Estas comunidades
enfrentan una doble batalla, la desnutrición y la obesidad infantil, quebrando
el mito de que la gordura es un problema de personas con mayor poder
adquisitivo.
Los
niños con desnutrición crónica, o talla baja para su edad, son más propensos a
sufrir infecciones, ya que la desnutrición debilita el sistema inmunológico.
Además, la desnutrición afecta su capacidad de aprendizaje, limitando su
potencial para generar ingresos cuando son adultos.
Por su
lado, la obesidad infantil es un factor de riesgo para enfermedades crónicas
como la diabetes, las dolencias cardiacas y el cáncer, padecimientos que no
solamente reducen la productividad sino que aumentan los costos para su
tratamiento.
¿Qué
implica esto para América Latina? En pocas palabras, que una región con altas
tasas de desnutrición y obesidad hoy, será mañana una región de baja
productividad y altos gastos en salud, condiciones que impedirán nuestro
desarrollo.
En la
actualidad, la mayoría de los recursos y esfuerzos están enfocados en combatir
únicamente la desnutrición infantil, a pesar de que en la región hay unos cuatro
millones de niños menores de 5 años con sobrepeso u obesidad. Dado
que la desnutrición y la obesidad son problemas de salud pública críticos y
tienen sus orígenes en la primera infancia, deberían ser tratadas de manera
prioritaria e integral durante los primeros años de vida.
Esta
doble batalla inspiró al BID y a la Fundación PepsiCo a crear el Proyecto
Spoon, una estrategia integral para prevenir la desnutrición y el riesgo de
obesidad en bebés menores de 2 años. Spoon será implementado a pequeña escala
en Colombia, Guatemala, México y Perú para validar su innovador enfoque y
generar evidencia para el desarrollo de políticas públicas que permitan mejorar
el estado de nutrición y bienestar de los niños de la región.
Publicado por: http://blogs.iadb.org/
Quality Health®, porque una excelente calidad de vida es reflejo de tu salud
No hay comentarios:
Publicar un comentario