Comer queso es uno de los
grandes placeres gastronómicos, pero también tiene unos beneficios para la
salud. Claro que no es un producto apto para las personas intolerantes a la
lactosa, y que hay que consumir con moderación, porque suele tener una alta
concentración en grasa. Aun así, es una inmejorable fuente de calcio y de
ciertas vitaminas.
Aportación en calcio
El calcio es uno de
los elementos fundamentales de nuestras dietas. Es lo que ayuda a reforzar
nuestros huesos o nuestros dientes, y es un ingrediente especialmente
importante para personas que sufren osteoporosis. Se absorbe gracias a la
vitamina D.
El queso es uno de
los alimentos que más concentración en calcio tiene. Si nos vamos al portal de los Institutos
Nacionales de Salud de Estados Unidos nos encontramos que en 100 gramos de queso suizo hay 964 mg de calcio,
cuando 100 gramos de yogur tiene 176 mg de calcio y 100 ml de leche aportan 77
mg de este elemento.
Las concentraciones
en calcio varían según los quesos, por lo que te recomiendo que mires las
etiquetas de los alimentos para hacerte una idea mejor, pero con este ejemplo
ya vemos que 100 gramos de queso suizo cubren las necesidades en calcio de un
hombre adulto.
Aportación en vitaminas
Los quesos suelen
tener cantidades importantes de vitamina A, un
antioxidante que también juega un papel importante en la visión, el crecimiento
de los huesos, el aparato reproductivo, las funciones celulares y el sistema
inmune. También tienen una cantidad significativa devitamina
B2, (riboflavina) que tiene un papel importante en el metabolismo.
Aportación en proteínas
El queso contiene
proteínas animales, tan importantes a una alimentación
equilibrada (a consumir de forma combinada con proteínas de
origen vegetal). De nuevo, todo depende del tipo de queso que estés comiendo,
por lo que hace falta referirse a las
etiquetas nutricionales para tener claro la aportación exacta.
Cuidado con el exceso
Pero como decíamos
en introducción, la mayoría de los quesos también pueden tener mucha grasa. Para comprobarlo, no basta
que leas las etiquetas, porque la concentración suele ser calculada en seco.
Por lo tanto, a concentración igual de grasa, el queso más líquido tendrá
menos. Para dar un ejemplo, el queso fresco de cabra suele tener poca grasa,
mientras un camembert tiene muchísima.
Por lo tanto, el
consumo de queso debe ser moderado. A pesar de que te decía que con 100 gramos
de queso suizo se cubren las necesidades en calcio de un hombre adulto, no
vayas a pensar que te vale con comer solo queso. Como siempre, el secreto de una buena salud está en la variedad de las fuentes
de alimentación.
Publicado por:http://blogdebienestar.com/
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