jueves, 12 de febrero de 2015

¿Y si comer sano fuese adictivo?



La obesidad o el exceso de peso se asocia con una alta actividad del sistema de recompensa del cerebro después de comer alimentos altos en calorías lo que nos llevaría a comer en exceso y, alimentos poco saludables. Pero ¿y si revirtiéramos este efecto y lo enfocáramos hacia los alimentos sanos?
Un estudio piloto publicado en la revista Nutrition & Diabetes ha intentado eso mismo y después de llevar a cabo un programa de reeducación alimentaria en el que los participantes disponían de sesiones de apoyo y se les facilitaba menús, recetas y soluciones a los problemas diarios de la dieta, se ha visto que sus cerebros dejaban de tener tanta preferencia por los alimentos muy calóricos y empezaban a presentar una mayor sensibilidad ante alimentos sanos. Lo cierto es que el estudio es pequeño pero, en el fondo, viene a indicar que, después de una reeducación, los buenos hábitos pueden llegar a ser tan adictivos como los malos hábitos. Y ¿cómo puedes lograrlo?
Empieza por comer sano
Parece redundante pero lo cierto es que cuando llevas un tiempo cuidando tu alimentación y te gusta hacerlo (¡esto es una parte importante!) te apetece menos comer alimentos poco sanos e incluso, después de algún tiempo de caos alimentarios, estás deseando volver a tu rutina de comida sana.
Piensa que en el fondo nuestro cerebro es “vago” (o muy inteligente), y para ser más eficiente intenta automatizar el máximo de acciones posibles. Por ejemplo, te levantas por la mañana y coges el coche para ir al médico (que está en dirección contraria de donde sueles ir cada mañana a trabajar). Vas pensando en tus cosas y de golpe te das cuenta de que vas camino al trabajo de manera automática ¿no te ha pasado nunca? Pues lo mismo pasa con tu comida.  Si tu rutina es comer una chocolatina a las 11.00 de la mañana tu cerebro, a las 11.00, despertará automáticamente una alarma pidiendo tu dosis de chocolate, pero si durante mucho tiempo has tomado una pieza de fruta a esa hora, seguramente lo que te apetecerá será exactamente eso. Y es que los hábitos no son más que acciones repetidas en el tiempo.
Por tanto, para comer sano, y habituar a tu cerebro a comer sano, una de las principales estrategias es sacar de tu dieta los alimentos poco recomendables  e introducir algunos más sanos. No es que esos alimentos que te encantan vayan a dejar de gustarte, simplemente deshabituarás a tu cuerpo a tomarlos y, por  tanto, dejarás de necesitarlos tanto.
Ponle un poco de gracia
Eliminando de tu dieta los alimentos poco recomendables estaríamos reduciendo nuestra necesidad y habituando a nuestro cerebro a no tomarlos pero, ¿simplemente introduciendo alimentos sanos en la dieta aumentamos nuestras ganas de comer este tipo de alimentos?  Pues personalmente creo que con esto no basta.
Es importante que NO sólo introduzcas alimentos sanos sino que te gusten. Y es que comer sano va más allá de las verduritas hervidas y pollo a la plancha.  Busca recetas originales, busca recursos para facilitarte la dieta y no estar todo el día cocinando, adapta la alimentación a tus horarios, etc. Todo esto son cosas que los dietistas-nutricionistas intentamos trabajar en nuestras consultas buscando que la gente, aparte de conseguir el objetivo que se haya propuesto, consiga un cambio de hábitos ya que será la única manera de que después de alcanzar su objetivo (ya sea bajar de peso, rendir en el deporte o comer sano) se mantenga en el tiempo.
En el fondo, estableciendo nuevos hábitos estamos ayudando a condicionar a nuestro cerebro hacía este tipo de acciones y es que, al final, el evitar alimentos poco saludables y el disfrutar de una nueva manera de alimentarnos va a ser la mejor manera de convertirnos a nosotros mismos en “adictos” a comer sano.

 publicado por:http://blogs.menshealth.es/nutricion



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