Comer es un placer, pero comer en exceso algunos alimentos, o tener malos hábitos
puede provocar problemas de salud a medio plazo, con lo que implica para
nuestro bienestar. Te proponemos una lista de doce recomendaciones para comer
más sano y ser consciente de lo que haces cuando te alimentes. Probablemente,
con pequeños ajustes en tu dieta habitual puedas mejorar significativamente.
1º- Comer variado
El ser humano es omnívoro por naturaleza. Tiene que comer de
todo porque cada alimento le aporta nutrientes imprescindibles. Las dietas que
evitan una familia de alimentos suelen tener riesgos para la salud, ya que se
puede dejar de recibir microelementos imprescindible a nuestra buena salud.
Además, la variedad permite aprovechar las sinergias entre nutrientes.
2º-
Comer con calma
Procura tomarte tu tiempo cuando comas. Masticar bien los
alimentos permite ayudar a la digestión y a la liberación de todos los
nutrientes. Además, cuando se tarda más en comer, le damos tiempo a nuestro
esófago de llevar la comida al estómago, y tenemos la sensación de haber comido
suficiente con menos comida que cuando comemos rápido. Esto implica que
comiendo con tranquilidad comeremos cantidades más adecuadas.
3º-
Evitar el picoteo
Consumir alimentos fuera de las
comidas no
permite controlar las cantidades ingeridas, y favorece tanto un consumo
excesivo como un desequilibrio en la dieta. Además el picoteo suele orientarse
a alimentos poco sanos, como galletas, patatas fritas, etc.
4º-
Comer frutas y verduras
Las frutas y verduras son fuentes
de fibra, vitaminas y nutrientes importantes, por eso se recomienda consumir
unos 700
gramos al día, o lo que es lo mismo, 5 porciones.
Cocinar esos alimentos reduce drásticamente su contenido en vitamina C, tan
necesaria para nuestro organismo. Por eso se recomienda al menos una vez al día
comer alguna fruta o verdura cruda.
5º-
No abusar de las grasas
Reducir el consumo de grasas y
sobre todo intentar consumir grasas
no saturadas es
una de las formas de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Hay que
tener mucho cuidado con la comida industrial (platos preparados, bollería), que
suele contener muchas grasas saturadas. Los aceites vegetales son más sanos que
los de origen animal, pero también es importante medir su consumo y variar
entre tipos de aceites.
6º-
Ingerir lácteos en cada comida
La leche y sus derivados (yogur,
queso) contienen calcio,
un elemento importante para nuestro organismo en todas las fases de nuestra
vida.
7º-
Comer cereales
El pan y las cereales suelen
aportar fibras.
Además junto con otros productos harinosos permiten aportar los azúcares complejos que abastecen en energía a nuestro
organismo de forma duradera.
8º-
Tu amigo el pescado
El más graso de los pescados es
mucho menos graso que la carne más magra. Es mejor comer pescado dos veces por semana, y
especialmente los pescados más grasos que contienen Omega 3 (sí, este acido
graso que es famoso por salir en anuncios de televisión), ya que fluidifican la
sangre y mejoran la tensión arterial.
9º-
Beber mucha agua
Es necesario beber un litro
y medio de agua
al día. Durante la comida, es recomendable beber algo pero poco, y concentrar
la toma de líquidos para los momentos entre las comidas.
10º-
Un consumo moderado de alcohol
El vino tinto tiene algunos
beneficios para el sistema cardiovascular, siempre que se tome en cantidades
pequeñas (una copa cada día). Cuando se
superan estas cantidades, el alcohol se convierte en un tóxico con efectos
nefastos sobre la salud a largo plazo, especialmente sobre el hígado.
11º-
Sal y azúcar
El exceso de sal y de azúcar es
nefasto para el organismo. La sal favorece una mayor tensión arterial a medio y largo plazo. El azúcar
aporta calorías
sin aportar valor nutricional, aumentando el riesgo de
obesidad, además de desequilibrar nuestro apetito al enmascarar el sabor de los
alimentos.
12º-
Limitar los platos fritos
Aunque sea con aceite de oliva,
la comida frita no es muy sana. Es mejor evitar este tipo de platos.
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