La obesidad se ha convertido en
un problema de primer orden en la sociedad actual. Un problema que casi siempre
se asocia con patologías como la resistencia a la insulina, la diabetes, las
hiperlipidemias (como el exceso de colesterol), la hipertensión, la enfermedad
coronaria, los accidentes vasculares cerebrales e incluso algunos tipos de
cáncer. Pero existe un pequeño porcentaje de personas que padecen obesidad pero
no padecen ningunas de la patologías asociadas (entre un 10 y un 30%, según este estudio y también este otro). ¿Podría,
por tanto, una persona obesa ser considerada sana? Esa es la hipótesis que se
ha extendido últimamente.
El obeso sano: definición
El obeso sano, por tanto, sería una persona con un IMC superior
a 30 que no padece insulinoresistencia ni ninguna alteración metabólica
asociada a la enfermedad (aunque hay criterios que incluyen en este rango a las
personas que sufren 1 o 2 de estas alteraciones y que no consumen medicación
para corregir ninguna de ellas). A este concepto también se le ha llamado la
“paradoja de la obesidad” puesto que, pese a padecer obesidad, se estima que según
algunos estudios (como este) tienen un
riesgo del 30-50 % menor de mortalidad por cualquier causa comparada con los
obesos no sanos o metabólicamente afectados.
¿Cómo
se puede ser obeso y sano?
Se barajan diferentes opciones
por las que una persona puede tener un exceso de peso y no tener enfermedades
asociadas.
Una de las causas es la capacidad de la persona para acumular la grasa
en uno u otro lugar. Según esta teoría, los
obesos sanos son capaces de acumular grasa a nivel subcutáneo mientras que los
obesos no sanos o patológicos acumulan la grasa en otros lugares del organismo.
Es decir, hay un crecimiento de la grasa visceral (en hígado, pericardio,
etc.), que es la que estaría ligada a los factores de riesgo cardiovascular.
Por otro lado, también es importante el estado físico de la persona y
su nivel de masa muscular. Es decir, las personas que se
mantienen activas y tienen una buena condición física indicen positivamente en
su salud teniendo menos resistencia a la insulina y un mejor perfil lipídico.
Por esta misma razón, deberíamos empezar a hablar de “obesos
delgados”: personas
que, pese a estar dentro de su peso, no se mantiene activas, tienen un
porcentaje de grasa elevado y padecen patologías propias de la obesidad como
diabetes, hipertensión u hipercolesterolemia. Ya sabes que estar delgado no es
sinónimo de estar sano.
Por último, otra causa que podría estar relacionada con esto es la flora intestinal del
individuo. Francisco Guarner, director de la
unidad de Sistema Digestivo en el hospital Vall d’Hebron, afirma lo siguiente:
“Un individuo resulta más sano cuando su flora intestinal está formada por
especies más variadas. Las personas con un intestino menos frondoso soportan,
en cambio, más fallos en los mecanismos que regulan la insulina, la glucosa y
el apetito”.
El
paso del tiempo en los obesos sanos
Varios estudios hay intentado
verificar o desmentir la hipótesis del obeso sano estudiando a estos individuos
comparados con obesos patológicos y personas sanas. Y ¿qué dicen estos
estudios?
El estudio desarrollado por el departamento de Endocrinología de
la Universidad de Navarra comparó los
perfiles cardiometabólicos e inflamatorios de obesos sanos y obesos no sanos.
Las conclusiones del estudio fueron que tanto el perfil cardiometabólico como
el inflamatorio se comportan de manera similar en los dos tipos de obesos. Por
tanto, alertan de que el concepto “obeso sano” debe utilizarse con precaución.
Por otro lado, un estudio realizado a 2.500 hombres y mujeres
británicos durante 20 años por la Universidad de Londres ha visto que la
obesidad sana no es más que una fase. Es decir, un tercio de las personas
obesas era considerada como obesa sana al inicio del estudio pero tras una
década, el 40% se había convertido en obesos no sanos y después de 20 años esta
cifra subió al 51%. Por tanto, se sugiere que las personas obesas sanas acaban,
con los años, contrayendo factores de riesgo y enfermedades relacionadas con
esta enfermedad.
Publicado por: http://blogs.menshealth.es/
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