La satisfacción que se siente después
de realizar una rutina de ejercicios, es quizás el beneficio más inmediato que
posee un deportista. Tanto las endorfinas liberadas, como el sentimiento de
realización, convencen al atleta de que está yendo por el buen camino. Sin
embargo, muchos insisten en que la sensación de hambre después de los entrenamientos es mayor y las calorías quemadas son
recuperadas inmediatamente frente al refrigerador.
¿Por qué estás hambriento después de entrenar?
Sentirse hambriento después de realizar
ejercicio es una sensación que atraviesan
muchos deportistas.
¿Cómo evitar el hambre desproporcionado después de un
entrenamiento?
Realizar una actividad física durante 20 o 30 minutos al día, no sólo es
bueno para bajar de peso. El deporte también es importante para fortalecer el
sistema inmunológico, prevenir enfermedades cardiovasculares y mejorar el
estado de ánimo.
Si bien comer más de lo habitual
luego de entrenar, es desalentador, no es una excusa para dejar el ejercicio.
Lo importante es comprender las causas y corregir
ciertas conductas que puedan estar influyendo en la cantidad de alimento
requerido por el cuerpo.
En lugar de renunciar al gimnasio, es
posible probar con éstas recomendaciones:
·
Intentar
priorizar los intervalos de alta intensidad en los entrenamientos. De esta
manera se disminuye la producción de la hormona del hambre.
·
Hidratarse
correctamente. Beber suficiente agua antes y durante la actividad física.
·
Realizar
entrenamientos de fuerza al menos tres veces a la semana. Esto asegura un
aumento en el metabolismo de los músculos, por lo que se queman más calorías
durante todo el día, aún fuera del gimnasio.
·
Comer un
alimento pequeño o una pequeña porción 30 minutos antes del ejercicio. De este
modo no se agotarán todas las reservas de energía del cuerpo.
·
Comer un
pequeño aperitivo alto en proteínas y carbohidratos después de entrenar y
cenar poco tiempo después. Esto ayudará a construir músculo y almacenar
energía. También se recomienda un aperitivo bajo en calorías pre-entrenamiento,
para evitar comer en exceso al sentarse en la mesa.
·
Adaptar el
cuerpo a los nuevos hábitos saludables. Reconocer los alimentos y el modo que
mejor funcionan para alcanzar los objetivos.
Un entrenamiento y un plan
nutricional adecuados dependen en gran medida de los objetivos personales y
estado físico de cada uno. De todos modos, es importante reconocer ciertos
hábitos comunes que ayudan a regular la producción de gerlina y
a disminuir la sensación de hambre. Es fundamental que el deportista pueda
analizar sus avances y retrocesos y reconocer su cuerpo, para poder seleccionar
las rutinas y la alimentación que más lo favorezcan.
Publicado por: http://www.mundofitness.es/
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