viernes, 29 de mayo de 2015

Yemas de huevo: alimentación saludable





La sabiduría convencional le dirá que el consumo de las yemas de los huevos va a aumentar su colesterol y llevar a enfermedades del corazón. Aquí en la aptitud contraria; sin embargo, nos parece lo contrario. Las yemas de huevo son la parte más nutritiva del huevo.
Huevos enteros han sido una piedra angular de mi desayuno desde hace años. Uno de mis desayunos favoritos son los tres grandes huevos enteros orgánicos hechos en una tortilla de huevos con la mitad de un aguacate y unas rodajas de tomate. Primero, caliento la sartén con fuego medio a la luz, añadir un poco de aceite de oliva, mezclar los huevos, cortar la rebanada de aguacate, el tomate y verter todo en la sartén.
Puedo usar una cuchara para empujar hacia abajo los bordes por lo que es fácil de plegar y luego darle la vuelta. Sólo se tarda unos 6 o 7 minutos para hacer. Normalmente tengo esto con una taza de café (con un medio pequeño y medio, sin azúcar) y una pieza de fruta.
Los huevos enteros son una gran fuente de proteínas, grasa, vitaminas, selenio, ácido fólico y B. Es importante comer sólo huevos orgánicos. Los alimentos orgánicos hierba huevos de gallina tienen hasta un 20% más ácidos grasos omega-3 (las grasas saludables) que los huevos de gallina de la fábrica de piensos de cereales. La creencia popular de que el consumo de la yema de huevo puede llevar a altos niveles de colesterol y no es saludable para el corazón es un nombre inapropiado. La yema está cargada de saludables ácidos grasos omega-3 y otros nutrientes importantes.
Un estudio de la Harvard Medical School de los sujetos de 115.000 en un lapso de 14 años no mostró una correlación entre el consumo de un huevo entero por día y las enfermedades del corazón o un derrame cerebral. Además, otro estudio del International Journal of Obesity sugirió que comer dos huevos enteros para el desayuno en un bagel ayudó a los participantes bajar de peso.
Los huevos son asequibles, nutritivos y fáciles de hacer. Dar mi receta una oportunidad y que me haga saber si le gusta.

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jueves, 28 de mayo de 2015

La alimentación actual responsable de empeorar la esperanza de vida



Dice un antiguo proverbio chino: “La salud y la enfermedad entran por la boca”. Con esta rotundidad se destaca la importancia de como “el qué” y “el cómo” comamos determina mantener un buen estado de salud o por el contrario abonar un terreno propicio para la enfermedad.
Muchos son los factores que predispone padecer alguna enfermedad, pero no cabe duda que los malos hábitos y entre estos con suma importancia, una alimentación desequilibrada o deficiente en nutrientes, perjudicará a la respuesta natural y adecuada del cuerpo ante la adversidad,  contribuyendo a disminuir, como poco, la esperanza de vida.
La vida moderna nos facilita el acceso a una variedad de alimentos y preparaciones impensables hace unas décadas, pero al contrario de lo que aparentemente se entendería cada vez nos alimentamos peor.
Los estándares de calidad de los vegetales y frutos que llegan a los mercados se basan en la uniformidad del tamaño y del aspecto físico, y no en la calidad nutricional, por lo que ya desde su cultivo hasta su maduración en cámaras se trabaja el interés comercial y no la capacidad de aportar nutrientes.
La falta de tiempo que se dedica a comer y a preparar los alimentos también es evidente, y es ahí donde también la industria alimentaria apoyada por campañas muy atractivas de publicidad, nos facilita un sinfín de alimentos preparados o semipreparados con el elevado número de calorías con grasas y azúcares en exceso que someten al organismo a un estrés continuado para poder metabolizar todo ese exceso que terminan entrando en el torrente sanguíneo.  La energía requerida para todo este proceso genera un exceso de los llamados radicales libres que si no son neutralizados por el número adecuado de antioxidantes, serán responsables de ir disminuyendo poco a poco la esperanza de vida y contribuyendo a la propensión a enfermar.
El círculo vicioso ya está servido, cada vez más alimentos que dañan nuestro organismo y cada vez menos y con peor calidad, los alimentos que nos proporcionan las herramientas (antioxidantes) para la reparación.  Toda esta cadena de acontecimientos afecta al hipotálamo (la parte del cerebro que actúa como director de sistema nervioso y endocrino) de modo que sin más remedio se aumenta la resistencia a la insulina y ya no solo el control sobre el peso corporal sino que también aumenta el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las de carácter neurológico (Alzheimer,…) o autoinmunes (psoriasis, reuma,…).
Mucho se está avanzando desde los laboratorios y centro de investigación para encontrar los medicamentos  ya no solo para curar sino para sobrellevar mejor la enfermedad, si bien aún no hay un interés claro para difundir que  desde la alimentación y el aporte adecuado y equilibrado de nutrientes es una vía efectiva primero para prevenir y en estados aún reversibles proporcionar al cuerpo la herramientas para curar.
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miércoles, 27 de mayo de 2015

Las Incompatibilidades Alimenticias



Debemos tener en cuenta las incompatibilidades alimenticias. A medida que nos hacemos mayores, muchas personas con problemas digestivos notan  mejoría cuando en su dieta obvian determinadas combinaciones de alimentos, esto lo podemos hacer fácilmente cambiando algunos hábitos que tenemos y su sustitución por otros más sanos. Pero la cuestión es, ¿debemos hacer todos lo mismo? y ¿realmente existen las incompatibilidades alimenticias?
Los alimentos desde muy antiguo se han mezclado y siguen mezclándose. Hay algunas normas sobre combinaciones alimentarias que en algunos casos tienen razón de ser, y en otros menos.
Los profesionales de diferentes ramas tampoco se ponen de acuerdo sobre este tema y hay mucha literatura que a veces en las dos opciones, es cierta.
Dicen, “No alimenta lo que comemos, sino lo que digerimos”, porque las digestiones lentas, o pesadas alteran los nutrientes que tomamos. Los estudios sobre incompatibilidades alimenticias dicen que la digestión se puede mejorar haciendo las combinaciones correctas de alimentos.
Hoy en día nos preocupan las calorías, la composición y calidad de los alimentos, y en menor medida la compatibilidad de los alimentos. ¿Pero que nos importa más?, las calorías, y una dieta que tenga en cuenta lo que nos engorda o adelgaza, o los nutrientes que contienen, y la compatibilidad de los alimentos que comemos.
No necesitamos conocer y utilizar las tablas que al respecto existen, a pesar de que tienen su valor y pueden ayudarnos, podemos usar la sencillez y mesura que la naturaleza nos ofrece y llevarla a nuestra mesa, así una comida natural, con pocos elementos y poca cantidad, es más digerible que otra muy abundante y compleja.
Cada tipo de alimento provoca en nuestro cuerpo unas secreciones de ciertas enzimas digestivas.

La Digestión

La digestión de los alimentos también depende también de nuestro entorno cultural donde vivimos. Así, por ejemplo, los chinos tienen intolerancia a la leche o muchos países de África no la toman. Por eso hay emigrantes que tienen problemas de estómago porque a esta intolerancia que tienen hacia ella y sus derivados, hay muchos productos de nuestro consumo habitual que los contienen y los toman en su dieta.
Todo lo que comemos afecta nuestra flora intestinal, la cual facilita nuestra digestión. También se ha comprobado que quienes han sido vegetarianos durante periodos de su vida tienen más probabilidades de que aparezcan algunas incompatibilidades o intolerancias a la carne o el pescado, que puede llegar a producirles algunas molestias intestinales.
Nuestro cuerpo se ha adaptado al territorio donde vivimos, así, en las zonas más frías de la tierra, donde casi no comen vegetales, su alimentación es casi exclusivamente de origen animal, mientas que los que habitan en las zonas cálidas del trópico, comen casi solo frutas, verduras ycereales, y comen muy pocos alimentos de origen animal.
Tampoco todos tenemos la misma regularidad y fortaleza digestiva. Nosotros somos los primeros que debemos cuidarnos, y eso lo hacemos escuchando y sabiendo entender nuestro cuerpo. Si nuestro estómago, o intestinos hacen ruido, se hinchan, hemos de reaccionar cambiando nuestros hábitos alimenticios. Si no tenemos molestias, esto nos dice que seguramente vamos por el buen camino.
Nuestro sistema digestivo está más preparado para tomar comidas naturales, variando los alimentos de las diferentes comidas diarias. La naturaleza nos enseña que no siempre hay de todo. Los  alimentos crecen en diferentes estaciones y en esos periodos es cuando tenemos que consumirlos, porque nos aportan más energía y valor nutricional es mayor, con lo que nuestro cuerpo se beneficia de ello.
Algunas mezclas de algunos alimentos pueden afectar la digestión causándonos, fermentaciones, malas digestiones, flatulencias, acidez y hasta alguna intoxicación, estos síntomas deben ponernos en alerta y controlar que alimentos comemos y  cuales mezclamos para corregirlo.

Incompatibilidades y compatibilidades alimenticias

Si bien, estos mismos alimentos, tomados solos o combinados con otros, son buenos para una buena alimentación. Por eso es bueno conocer algunas de las compatibilidades básicas entre los alimentos que comemos habitualmente.
Si comemos muy rápido, mucha cantidad y ensalivando poco, es más fácil que alguna combinación alimenticia nos sea más difícil de digerir. La solución es masticar más y comer menos cantidad.
Siempre tenemos que comer un número mínimo de alimentos diferentes en cada comida y masticarlos mucho. Esto facilitará la digestión de sus componentes.
Las compatibilidades también se han de tener en cuenta según la cantidad que tomamos de dos alimentos determinados. Una pequeña cantidad de dos alimentos incompatibles puede que no nos afecte y no nos dificulte la digestión.
Es importante no engañarnos. Lo mejor es evitar todo aquello que lleve algo de lo que no  debemos comer, y buscar opciones y posibilidades. No vale echarlo todo al puchero y después sacarlo para no comerlo, con eso solo nos engañamos.
Hay personas que nunca les ha sentado mal a pesar de comer de todo, en cantidad y mezclado. Estas personas tienen una naturaleza muy fuerte y, un aparato digestivo también fuerte; pero los diferentes órganos se resienten aunque no lo noten, el deterioro se  acumula paulatinamente, hasta que surge la enfermedad.
Poner orden en las comidas ayuda a poner orden en el sistema digestivo y consolida la salud a mediano y largo plazo. Es muy importante no fijarnos sólo en lo que no debemos comer, sino buscar alternativas. Podemos hacer una lista con las posibilidades que sí nos sientan bien y la ayuda de un profesional nutricionista que nos guiará correctamente.

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martes, 26 de mayo de 2015

Técnicas Para Comer Más Despacio



Sin duda el comer despacio o rápido influye directamente en nuestro peso. Ya que en 10 minutos, la cantidad de alimentos ingeridos varia muchísimo dependiendo de la velocidad de ingesta. 
A pesar que es una circunstancia poco valorada para la población en general, es una característica que se debe tener muy en cuenta. Ya que en un día solemos hacer unas 4 comidas al día, lo que quiere decir que en una semana realizamos unas 28 ingestas y en un mes llegamos a hacer más de 120 comidas.
Una situación que se repite muchísimo y si además de comer mal, solemos comer muy rápido, no nos favorece de ninguna de las maneras.
 El comer despacio implica una mejor digestión de los alimentos, gracias a que estos tienen un tamaño más pequeño y  la acción del ácido clorhídrico en el estomago es más eficaz.  Además, de poder obtener una mayor biodisponibilidad de nutrientes. 
Algunas de las  técnicas que pueden ayudarnos a comer más despacio son:
·         coger una menor cantidad de alimento con la cuchara o tenedor
·         trocear los alimentos a tamaños más pequeños
·         ir a buscar cada plato a la cocina; segundo plato y postre
·         masticar 15 veces más de lo habitual
·         mantener una conversación con el resto de la familia o amigos
·         evitar la distracción del televisor o móvil
Además de ayudarnos a controlar el peso, el comer despacio nos ayuda a poder disfrutar más de la comida, ya que no es solo el acto de ingerir alimentos, sino que debemos disfrutar de su textura, olor y sabor.

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viernes, 22 de mayo de 2015

Los Refrescos (Sodas) no nos Hidratan



Casi todos sabemos cómo debemos comer para no engordar y estar más sanos, pero no todos lo hacemos. El problema es nuestro entorno y la sociedad de consumo que nos aparta de una dieta sana, estamos rodeados de aperitivos, golosinas, comida procesada y refrescos (sodas), que la publicidad no cesa de alabarnos sus bondades que en realidad, no son tales.

Lo que contienen los Refrescos o Sodas

En verano, el consumo de refrescos aumenta por el calor, y muchas bebidas que parecen que nos quitan la sed pueden no ser lo que parecen.
Los refrescos, para considerarse como tales, están regulados por ley y han de contener menos de un 0,5% de alcohol y agua idónea para el consumo humano. Pero los refrescos deben incluir también ingredientes como: anhídrido carbónico, que es lo que causa el gas, azúcares, zumos, purés, disueltos de frutas y vegetales, vitaminas y minerales, y aditivos y aromas.
En los últimos años, han aparecido refrescos con diferentes sabores, y muchas variedades de una misma bebida, sin gas, sin cafeína, sin azúcar, etc. Pero la realidad es que “muchos” refrescos llevan menos zumo del que indica el fabricante o más azúcar del aconsejado.
Los refrescos de cola, constituyen casi la mitad de los que se fabrican, tenemos que saber que llevan edulcorantes, y los que no tienen cafeína, llevan más azúcar.
Los refrescos con sabores de frutas, en la etiqueta tienen que especificar claramente el % de zumo que contienen. Esto es porque unos están elaborados a base de zumos, y otros lo son a base de su pulpa, o disueltos de frutas. Otros, ni siquiera llevan nada de zumos.
Estos son los ingredientes que aparecen los refrescos con gas:
o    Agua carbonatada
o    Color Caramelo
o    Aspartame
o    Femilamina
o    Ácido Fosfórico
o    Benzoato de Potasio (conservante)
o    Ácido Cítrico
o    Cafeína
o    Sabor Natural
o    Agua

Efectos perjudiciales de los Refrescos o Sodas en la Salud

Cada elemento de la fórmula del refresco tiene su función, bien como conservante, endulzante o colorante, todos los ingredientes forman un producto atractivo y agradable, pero también tienen efectos negativos para nuestra salud.
o    Aumentan el riesgo de osteoporosis por el ácido fosfórico que impiden la correcta absorción del calcio.
o    Aumentan el riesgo de tener caries por su alto contenido en azúcar.
o    Crean adicción.
o    Pueden causar cálculos renales por los oxalatos que llevan.
o    Representan un importante gasto económico.
o    Su consumo continuado, puede provocarnos gastritis u otras molestias digestivas.
o    No ayudan en nuestra hidratación.
o    Aumentan el riesgo de tener obesidad y diabetes tipo 2.
o    Pueden causar nerviosismo e insomnio si se toman en exceso, por la cafeína.
o    Sólo nos aportan calorías vacías.
Las bebidas isotónicas fabricadas por grandes compañías llevan muy pocas sales y la que más,  es el cloruro sódico. Esta es una sal muerta, y una de las peores sales refinadas para nuestro cuerpo, porque entre otros efectos, puede alterarnos la tensión arterial. También llevan vitaminas sintéticas, y mucho azúcar refinado que quita energía de nuestro cuerpo.
En los refrescos incluso los light sus compuestos los convierten en bebidas muy ácidas, por uno de sus ingredientes es el ácido fosfórico. Pero hay una solución natural a estas bebidas, el agua de mar, que disuelta en su proporción correcta, es la mejor bebida isotónica.
Para ser una bebida isotónica, deberían tener la misma concentración de sales que nuestro cuerpo, pero estas bebidas solo nos proporcionan casi exclusivamente cloruro sódico y pocas sales más, con lo que no podemos reponer todos los electrolitos eliminados durante un esfuerzo o alguna actividad deportiva.
La principal conclusión es que la mejor forma de hidratarnos es beber agua. Los refrescos podemos tomarlos ocasionalmente, teniendo en cuenta su alto contenido en azúcar y su contenido en vitaminas es muy bajo.
Un estudio científico confirma que el consumo habitual de esta clase de refrescos embotellados activa el envejecimiento a causa de algunos de sus componentes.
Frente a esta opción esta la más natural, sabemos y yo os lo he recordado en diferentes artículos, que para tener una buena salud y estar activos, tenemos que seguir una “dieta equilibrada”, y esto lo conseguimos consumiendo alimentos sanos y ricos en proteínas, vitaminas y minerales, las frutas y las verduras cumplen esta función reforzando nuestro cuerpo.
A parte de comer estos alimentos, también necesitamos beber líquido es muy sano, porque entre otros beneficios nos ayudan a tener una buena digestión y una buena reposición de las energías perdidas. Por eso necesitamos combinar alimentos y una determinada cantidad de agua.
Podemos hidratarlos con zumos simples añadiéndoles extras como hierbas o aguas florales, que los hagan refrescantes y energéticos. Las infusiones son una propuesta totalmente sana, saludable y natural que nos permiten disfrutar de los beneficios y propiedades de las plantas.
Además de como refrescos naturales podemos utilizarlos también para eliminar toxinas y grasas, lo que nos ayudará en dietas adelgazantes, y para otros propósitos.

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